Dentro de las cuestiones abordadas al interior del problema, la profundización en las temáticas referentes al diseño digital es solamente una de las partes que lo constituyen, puesto que más allá de la elaboración de estrategias de interacción y desarrollo de interfaces, la experiencia que se le brinda al usuario y la emocionalidad ligada a la misma constituye el pilar fundamental para que cualquier producto físico o digital tenga un diseño exitoso.
De acuerdo a lo anterior, Donald A. Norman, plantea en su libro “Psicología de los objetos cotidianos” que los errores humanos son a menudo consecuencia de graves errores de diseño. Menciona que el mal diseño es el auténtico culpable de la incapacidad de utilizar correctamente las cosas sencillas, recayendo por lo tanto la responsabilidad directamente sobre el diseñador, quien desde el momento de concebir los objetos debe tener en cuenta las limitaciones que el usuario puede encontrar en su uso, y los errores que podría cometer en su acercamiento con productos a los que anteriormente no había tenido acceso. El objeto debe proporcionar pistas, señales sutiles que sean naturalmente interpretadas acerca de su funcionamiento, los objetos bien diseñados le facilitan al cerebro la tarea de adaptarse a nuevos mecanismos.
“Hace falta que no se vea más que lo necesario: indicar qué partes funcionan y cómo, indicar cómo debe interactuar el usuario con el dispositivo. La visibilidad indica la topografía entre los actos que se desea realizar y el funcionamiento real” (Norman, 1988), las respuestas visibles o audibles son señales claras de que los actos dan lugar a resultados.
Recurriendo de nuevo al autor Donald Norman, en otro de sus libros, “Diseño Emocional”, hace referencia al aspecto estético de los objetos, menciona que los objetos atractivos parecen funcionar mejor para los usuarios que otros idénticos en funcionalidad pero no en apariencia. "Las cosas atractivas hacen que las personas nos sintamos mejor, lo que nos lleva a pensar de forma más creativa. ¿Cómo se traduce eso en mejor usabilidad? Muy simple, haciendo que las personas puedan encontrar soluciones a sus problemas más fácilmente" (Norman, 2004).
En esta medida, la satisfacción está ligada a la generación de emociones positivas, por lo que un objeto que no solamente sea efectivo funcionalmente, sino que también represente un atractivo visual, será un objeto completo.
Los sentidos ligan a las personas emocionalmente a los objetos, unos traen recuerdos, otros proporcionan diversión, y algunos causan enojo o alegría. Para lograr diseños más efectivos es necesario tener en cuenta la respuesta emocional del usuario, así se logra que éste se sienta íntimamente atraído. Sonidos, olores y tacto también producen determinadas reacciones que llevan al objeto a generar sensación de haber establecido un lazo entre dicho objeto y quien lo usa.
“Las emociones, como ahora sabemos, cambian el modo en que la mente humana resuelve los problemas: el sistema emocional es capaz de cambiar la modalidad operativa del sistema cognitivo” (Norman, Diseño Emocional, 2004).